El mural "Érase una vez Madrid", obra de Miguel Caravaca, cubre 43 metros del ascensor principal. Representa escenas icónicas de la capital, como el Dos de Mayo y San Isidro, en un estilo que mezcla informalismo y belleza moderna. Este vibrante trabajo conecta la tradición madrileña con el arte contemporáneo, creando una experiencia estética única.